La salud bucodental, problemas como caries o periodontitis bacteriana tienen mucho que ver con nuestro estado de salud general, y con el dolor muscular, tendinoso o articular en particular. La pregunta es, ¿por qué?

Para entenderlo, debemos saber primero que la boca, como el resto del tubo digestivo, la sinovial de las articulaciones, la piel y demás mucosas, forman parte del denominado SISTEMA DE BARRERAS.
Son estas barreras las que sirven de separación y comunicación de nuestro medio interno con el exterior, y por lo tanto, nuestra primera línea de defensa, EVITANTO la posible entrada de patógenos (virus, bacterias, hongos…) o sustancias potencialmnte tóxicas al interior de nuestro organismo.

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Dichas barreras trabajan en íntima colaboración con nuestro sistema inmune.

Si la barrera está enferma / dañada o infectada, como es el caso de una periodontitis, nos encontramos en mayor o menor medida con varias situaciones simultáneas:
1. Exceso de proliferación de patógenos, que además, debido al aumento de la permeabilidad de la barrera dañada, están entrando al interior de nuestro cuerpo.
2. Reacción inflamatoria local, en un intento del sistema inmune innato (segunda línea de defensa) por frenar el daño, pero que si no se resuelve a tiempo, termina dañando más aún la propia barrera.
3. Reaccion inflamatoria sistémica y global «leve» pero cronificada, por la entrada excesiva de patógenos y la presencia de numerosas sustancias proinflamatorias e incluso la posterior activación del sistema inmune adaptativo (tercera línea de defensa).

Esta última situación es lo que denominamos INFLAMACIÓN CRÓNICA DE BAJO GRADO, situación que suele estar agravada por otros factores contribuyentes de los que hablaremos en otro momento.
En ella, un SISTEMA INMUNE SIEMPRE ACTIVADO, en modo inflamatorio, pero de forma moderada / leve o subaguda, que a la larga consumirá gran cantidad de ENERGIA y RECURSOS, que si es necesario, robará de otros sistemas u órganos, como puede ser el caso de músculos, fascias, tendones, articulaciones….
Además de un exceso de sustancias proinflamatorias siempre presentes en el ambiente sanguíneo o nuestros tejidos.

13537695_567291163442344_5648705274378559825_nAnte este panorama, el resultado clínico de de este cuadro a nivel del sistema musculoesquelético será, en mayor o menor medida (depediendo de la influencia o no de otros factores) ARTICULACIONES INFLAMADAS o DOLORIDAS, CONTRACTURAS, RIGIDEZ, TENDINITIS de repetición…

Por ende, la migración de bacterias de la esfera bucal al resto del organismo tiene también relación con otras manifestaciones, en especial con la patología coronaria / cardiovascular, pero también con nuestro nivel de energía, la salud digestiva, el rendimiento deportivo, la capacidad de recuperación de lesiones o daños…

Solución / prevención:

– Mejora de los hábitos de higiene bucodental y por supuesto, CONSEJO Y TRATAMIENTO PROFESIONAL por parte de nuestro ODONTÓLOGO (raspaje periodontal u otras intervenciones que considere oportunas).
– Estilo de vida saludables (ejercicio físico, incluso como arma terapéutica; descanso adecuado; respeto de los biorritmos; sol y aire libre…)
– Hábitos alimenticios: respetar espacio entre comidas, ayuno intermitente, moderar / evitar consumo de sustencias dañinas para la barrera digestiva como las saponinas de las legumbres, las lectinas en los cereales, el gluten, los lácteos…), aumentar el consumo de nutrientes de calidad, etc.
– Evitar tabaco, café, dulces y alcohol.
– Evitar el estrés crónico, disminuyendo los factores que contribuyen a ello en nuestra vida o mejorando su gestión.
– El uso mediante SUPEMENTACIÓN en la dieta de ciertas sustancias con diferentes mecanismos de acción como la lactoferrina, ácidos grasos omega 3, porfirina de manganeso, o glutamina entre otros puede ser interesante (siempre pautado y guiado por un terapeuta).

 

Lucía Lago Blanco, fisioterapeuta Nº col. 1569